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Una noche en la ópera (1935). La parte contratante.

Años antes, en el inicio del cine sonoro, el productor de la MGM lrving Thalberg había ensayado guiones con público real para apreciar sus reacciones. El productor decidió que lo volvería a hacer con los Marx: se irían de gira por provincias (bueno, en su caso, Estados) y pulirían los chistes.

A mediados de abril de 1935, el reparto de Una noche en la Ópera (1935) se lanza a la carretera. De los guionistas para controlar las reacciones del público viajan Al Boasberg y Morrie Ryskind, justo los que se odian. El trío de los Marx y los otros tres actores protagonistas (Margaret Dumont, Kitty Carlisle y Allan Jones) viajan por Salt Lake City, Seattle, Portland y San Francisco. A veces hacen hasta cuatro representaciones al día (no está mal si pensamos que cada una duraba casi dos horas). Los interpretes habían sido elegidos bien por razones obvias (Margaret Dumont era una Marx más), bien porque sabían cantar (Allan Jones, Kitty Carlisle). Jones cargó con el mayor engorro del guión: él era el encargado de sustituir a Zeppo en el rol de galán romántico.

En mayo de 1935 comienza el rodaje. ¿El argumento es el definitivo?

Arranque en un restaurante: Groucho (Driftvvood) y Margaret Dumont (Ia señora Claypool) deberían estar sentados juntos, pero el está en otra mesa, con una rubia. El bigotudo Marx le pide perdón de forma delirante (lo que es lo mismo, marca de la casa).

Driftvvood: Quería guardar el secreto, pero me lo ha arrancado del fondo del corazón. La amo a usted.

Claypool: Y para demostrarme su amor viene usted a cenar con otra mujer.

Driftvvood: Esa mujer... ¿Sabe por que estaba con ella?

Claypool: No.

Driftvvood: Precisamente porque me recuerda a usted.

Claypool: ¿Es cierto?

Driftvvood: ¡Claro! Por eso estoy ahora cenando con usted. Porque

usted me recuerda a usted. Sus ojos. Su garganta. Sus labios. Todo

en usted me recuerda a usted. Excepto usted. Creo que está bien

claro. ¡Que me ahorquen si lo entiendo!



Allí le presenta a Gottlieb, el director de la ópera (su interprete es Siegfried Bumann, con el que los Marx quedaron tan contentos que repitieron otras dos veces mas). El trío esta en Italia para contratar a un gran tenor, Lassparri, para la ópera de Manhattan. Dumont quiere entrar en sociedad y cree que siendo una mecenas lo logrará. Groucho sólo quiere la pasta. En el teatro asistimos a un hecho sin precedentes: Lassparri le pega una gran paliza a su ayudante, Tomasso (Harpo). Por primera vez el mudo Marx es una víctima, no un espíritu invencible. Además, como recalca Groucho, que asiste al final de la tunda, el publico así le coge cariño a Harpo y de paso odia a Lassparri.


Y llega la famosa secuencia del acuerdo: Groucho, por error, contrata a otro tenor, Ricardo Baroni (AllanJones), tras una delirante negociación con su supuesto representante,Fiorello (Chico).



Driftwood: La parte contratante de la primera parte será conocida en

este contrato como la parte contratante de la primera parte. ¿Qué le

parece? Está bien claro, ¿no?

Fiorello: No, no me vale.

Driftwood: ¿Qué pasa?

Fiorello: No sé, oigámoslo de nuevo.

Driftwood: La parte contratante de la primera parte será conocida en

este contrato como la parte contratante de la primera parte.

Fiorello: Bueno, esta vez suena un poco mejor.

Driftwood: Bueno, le voy convenciendo. ¿Quiere oírlo una vez más?

Fiorello: Sólo la primera parte.

Driftwood: ¿A qué se refiere? ¿Ala parte contratante de la primera parte?

Fiorello: No, a la primera parte de la parte contratante de la primera parte.

Driftwood: Muy bien. Dice esto. La primera parte de la parte contratante

de la primera parte será conocida en este contrato como la primera

parte de la parte contratante de la primera parte que será conocida

en este contrato... Mire, ¿por qué vamos a pelearnos por una cosa así?

Lo quitamos, ¿eh?

Fiorello: Sí, es demasiado largo en cualquier caso.

Ambos rompen un pedazo de papel y el gag sigue hasta que sólo les quedan sendas tiritas, que firman felices.


Una noche en la ópera nunca decae. Baroni se cuela con Tomasso y Fiorello en el equipaje de Driftwood para viajar con la compañía a Estados Unidos. Resulta que no sólo quiere ser un gran tenor, sino que está enamorado de Rosa (Carlisle), la cantante principal. Es el momento del pequeño camarote rebosante. En los inicios, esta secuencia sencillamente servía para que Groucho se quedara en calzoncillos en el pasillo. Después se creó en la gira teatral. Pero en el teatro todo el conglomerado humano que salta en pedazos no funcionaba. Los guionistas decidieron quitar el sketch del guión, y sólo el gran ojo de Thalberg, que entendió que en cine el escenario sería más claustrofóbico, le salvó del tijeretazo. En el camarote están Groucho (1), Chico (2), Harpo (3) y Allan Jones (4). Y entran dos camareras (5 y 6) para hacer las camas, un fontanero (7) para revisar la calefacción, una manicura (8), el ayudante del fontanero (9), una joven que busca a su tía Minnie (10), la chica de la limpieza (11) y cuatro camareros con el desayuno previamente encargado (hasta 15). Por cierto, Harpo se duerme profundamente encima de las bandejas de la comida. Al final llega la señora Claypool que, al abrir la puerta, provoca que rebose la marea humana.



La leyenda asegura que esta secuencia fue escrita por Boasberg y que un día, harto de esperar a Thalberg y a los Marx , avisó al cuarteto que esa parte del guión ya estaba acabada en su oficina, la rompió en centenares de tiras con una frase de dialogo cada una y se largó. Cuando los Harpo y Chico, disfrazados entre las coristas de la ópera II trovatore otros llegaron corriendo, tuvieron que recomponer durante cinco horas aquel puzzle. En realidad, ya estaba bastante desarrollada en uno de los primeros guiones, fechado el 19 de marzo de 1935, y Boasberg aun no había llegado al proyecto.

En Estados Unidos a Driftvvood le echan del trabajo, los tres polizones italianos, inmigrantes ilegales, tienen que huir de la justicia (es el momento de la sustitución de los tres aviadores rusos o de la broma de la casa mutante) y el jaleo se retuerce aún mas. Rosa y Ricardo se aman, los Marx les quieren ayudar, Lassparri les odia... El clímax llega en la representación en Nueva York de Il trovatore, de Giuseppe Verdi. Entre medias hay carreras, dialogos brillantes, canciones (incluida una, Cosícosa, interpretada por Jones, que fue un gran exito radiofónico. El tema se repite en Un día en las carreras) y el pastel se remata con el obvio final feliz.

El director lo impone Thalberg: será Sam Wood, un profesional muy exigente que repite decenas y decenas de veces las tomas para que queden perfectas. Tanta repetición provoca que en la secuencia en que Harpo sube por una cuerda en el transatlantico, el Marx mudo acabe con llagas y cortes en las manos. Los Marx odian a Wood pero Thalberg acalla la rebelión: Wood es su hombre de paja y se haran tantas tomas como el productor considere necesario. Hubo mas quejas: Kity Carlisle y Allan Jones habían grabado antes del rodaje todas las canciones. El primer día, cuando Carlisle comenzó un play back, descubrió que la voz de fondo no es la suya. Se enfadó, llamó a su representante y se encerró tres días en el camerino hasta que le aseguraron que se respetarían sus grabaciones. Según WalterWoolf King, el actor que interpreta a Lassparri, "en realidad Wood era un tipo encantador, pero los Marx le amargaron la vida'.' "No creo ni que él quisiese hacer la película. Sin embargo, estaba bajo contrato de la MGM. Lo pasó fatal con ellos: nunca estaban donde debían'.'

Otro de los momentos magicos del filme surge en las interpretaciones musicales de Chico, al piano, y Harpo, al arpa. Para Simon Louvish, autor del libro sobre los hermanos Monkey business, “cuando Chico y Harpo tocan, las mascaras de sus personajes caen y lo que estamos viendo, directamente y sin subterfugios, es a Leo Marx aporreando el piano del cine, y a Adhie que encuentra su voz en la música [...] con una mirada de pura concentración, con los ojos fijos en un punto que sólo el ve, en algún lugar de otra dimensión, mientras sus dedos recorren las cuerdas'.' Por cierto, que el tema que interpreta Chico al piano, All l do (is dreamof you), sería años después famosísimo al aparecer en la banda sonora de Cantando bajo la lluvia.

A todo este mejunje (en el mismo rodaje aún se reescribían los diálogos), Thalberg le dio vida en el montaje. No importa que Groucho venda seguros en dos de sus películas (Una noche en la ópera y El conflicto de los Marx) o que Chico firme contratos en tres (Pluma de caballo, Una noche en la ópera y Los hermanos Marx en el Oeste), en este filme todo parece novedoso y fresco. Aun así, todavía faltaba superar todas las exigencias de la oficina de la censura para llegar al estreno.




El director lo impone Thalberg: será Sam Wood, un profesional muy exigente que repite decenas y decenas de veces las tomas para que queden perfectas.



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Él mudo sin decir ni pío es el verdadero liante.

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